El Aurinegro y el Azurro igualaron 1 a 1 por la 4ta fecha del Apertura de la Liga Rionegrina en un clásico con polémicas y un mal arbitraje de Oscar Arriola. Esequiel Rimoli anotó para la T a los veinte de la primera parte, mientras que Martín Rolando igualó de penal a cinco para el final. Tras el gol del empate Rodrigo Lázaro vio la roja en la visita por doble amarilla.
El clásico ferroviario terminó caliente tras el empate y el mal arbitraje de Oscar Arriola, que no tuvo colaboración ni de Mario ni Alexis Froilán. Una tarde floja de la terna que fue subiendo la temperatura adentro y afuera de la cancha. Tarjetas apresuradas y otras que nunca llegaron hicieron que al final, los colegiados se fueran escoltados por la policía.
El primer tiempo fue del Aurinegro
Los primeros quince minutos fueron de Talleres, mejor plantado y con la idea clara de como lastimas al conjunto de Ñancuche. De movida se notó un duelo clave sobre la banda izquierda del ataque aurinegro. Porque a los 20′ Funes le metió un bochazo largo a Hernández, que le ganó la espalda a Caullan y jugó para Railef que con los ojos bien abiertos asistió a Rimoli para el 1 a 0.
En seguida, Rimoli tuvo el segundo pero lo taparon justo y a los 26′ le anularon -bien- el gol a Erratchu que se la llevó con la mano. Minutos después todo Talleres pidió penal por una mano de Seguel en área. Ferro sintió el golpe y empezó a salir del fondo, pero recién a los 40′ tuvo la primera sucesión de pases que derivó en un tiro libre en la puerta del área.
Ferro cambió la cara en el complemento
El Azurro se fue mejor al entretiempo y volvió con otro ímpetu en el complemento. Alejo Rojas ingresó bien por la izquierda en reemplazo de Elio Molina dándole una salida clara sobre la banda. En los primeros minutos ya había tenido dos claras. Sin embargo, rápidamente el partido subiría de tono, tras un forcejeo de Funes y Lázaro en una contra, se armó un tumulto. Parra agredió a Ugolini y pese a que los 22 intercambiaron empujones y palabras, Arriola solo resolvió con un tiro libre.
A los 16′, remató Ugolini tras un rechazo y la pelota dio en el brazo de Juan Cruz González, claramente dentro del área aunque para Arriolla fue afuera. Ferro siguió empujando, con más amor propio que ideas claras. Talleres se agrupó para atacar de contra pero no alteró a Alfaro salvo con alguna pelota parada.
Cuando faltaban cinco minutos, Bartolo metió la mano dentro del área y Rolando cambió penal por gol. Al minuto, Lázaro vio la segunda amarilla -no era para tarjeta- y Ferro se quedó con 10 para los últimos minutos. En ese lapso, Arriola amonestó a Pereyra -era al revés-, Díaz y Rolando en el azurro y a Montenegro en Talleres. En la última pelota, el visitante pidió mano de Muñoz, pero Arriola marcó el final.
Tras el pitazo final hubo intercambio de palabras, algunos empujones y promesas de encuentros fuera de la cancha. Sin embargo, fueron bajando las aguas y se fueron en paz cada uno a su vestuario. La terna tuvo que esperar que no quede nadie en el campo para ir a su camerino, por algo debió ser.