El aurinegró igualó 0 a 0 ante el aviador maragato en la última fecha de la fase regular del Torneo Regional Federal Amateur y se despidió del certamen sumando su único punto. Marcelo Hernández se despidió del club en sus redes sociales, anunciado que el próximo fin de semana dirigirá su último partido.
Talleres llegó al Regional con un año y medio de trabajo, de títulos y de un fútbol que lo ilusionaba de cara al certamen más extenso del fútbol argentino. Sin embargo, con el correr de las fechas y los resultados adversos se fue apagando la ilusión. La derrota en el inicio ante Independiente, con la imposibilidad de contar con Alexis Otero, fue un primer golpe.
Luego cayó sin mercerlo ante Villalonga en su debut como local en un partido que hizo méritos para al menos sumar un punto, otro golpe. Ante Jorge Newbery en Patagones cayó sin atenuantes y la moral se derrumbó. Más aun cuando nuevamente de local se vió 0-2 abajo en 7 minutos con Independiente.
Ya sin posibilidades, fue a Villalonga luego de concretar la clasificación a la final de la Liga Rionegrina y sufrió la peor goleada en contra, 6 a 0. Finalmente, ayer tras caer el sábado ante Ferro en la ida de las finales, logró sumar su único punto. Ante Newbery el aurinegro hizo un buen partido, lo peleó en todos los sectores del campo y tuvo varias chances con Gonzalo Santeyan que no pudo concretar.
“Asumo la parte que me corresponde, quizas como muchos gritaron desde afuera, me quedó grande el Federal” escribió Marcelo Hernández en su red social facebook. El DT tricampeón, que el domingo próxima buscará sumar el cuarto título en fila, se despidió del plantel y del club. Agradeció a quienes estuvieron en cada momento tanto en lo institucional como en lo deportivo, y le dejó un mensaje al sector político.
Será tiempo de conclusiones en San Martín al 100. En un año de mucho crecimiento en los institucional y deportivo, la dirigencia deberá ajustar la brújula y plantear el próximo objetivo. Primero tendrá 90 minutos donde intentará remontar la desventaja ante un Azurro entusiasmado por arrebatarle la corona.




